LA COPA DE CRISTAL - capitulo cincuenta y siete
LA COPA DE CRISTAL
capitulo cincuenta y siete
- ¿De qué te ríes, loca?
- De un sueño que tuve...
- ¿Fue tan gracioso, así?
- Gracioso, no gracioso... pero aun así tenía cierto encanto...
- ¿Como asi?
- ¿Recuerdas la película "El vivo y el muerto"?
- Si claro...
- Entonces... fue un sueño así...
- Esa es buena... ¿duelo y todo?
- No... persecución y emboscada...
- Gracioso... ¿sabías que nuestra bisabuela cazaba bandidos?
- Es broma...
- No... es en serio, pregúntale a papá...
- Preguntaré, sí... después de todo, no conocía esta historia...
- Yo tampoco recuerdo exactamente... pero por lo que dijo el padre, nuestra bisabuela estaba un poco loca... se peleó con los muchachos, se disparó con bandidos...
- ¡Guau! Y lo hice todo yo solo...
- Claro que no… eran ella y otras dos amigas…
- Aún así... esta es una historia que quería escuchar... ¿qué sabes tú al respecto?
- Te lo dije... Escuché esa historia cuando era niño... Ni siquiera recuerdo... Ahora déjame dormir, todavía hay tiempo para tomar una siesta...
Y así, los dos volvieron a dormir.
Las siete de la noche... Helena y Cecília estaban en la puerta de la casa de sus padres. Desde la calle ya podían oler el buen olor que salía de la cocina, lo que hacía que su hambre aumentara... curiosa por su antepasado, Cecília convenció a su hermana para ir a casa de sus padres esa noche... después de todo, esto era una historia de la que nunca había oído hablar...
Ricardo estaba nervioso ese día. Su auto se descompuso en el último viaje y tendría que esperar por ayuda. Debido al horario, ya estaba preparado para recoger muy tarde. El movimiento circundante fue intenso, y lógicamente interrumpió el tráfico. como se trataba de un vehículo articulado, no había forma de siquiera intentar sacarlo del corredor... y eso terminó provocando cierto retraso en el tráfico de la región. Como no había mucho que hacer en ese lugar, los dos tripulantes terminaron acomodándose en el auto para descansar, mientras esperaban el auto de rescate. Y Ricardo terminó adormilado...
- Papá, ¿es verdad que tuve una bisabuela pistolera?
Mario encontró extraña la pregunta. Miró un poco torcido a Cecília...
- Pregunta por la bisabuela Isabel, el padre...
Mario da un suspiro de alivio...
- Chica, me asustaste con tu pregunta...
- Lena me dijo en voz alta...
- ¿Pero qué noticia es esta ahora?
- Nada, no, padre… es que tenía curiosidad…
- ¿Sabes lo que es, papá? Es que soñó que perseguía a alguien por las praderas, luego me acordé de la historia que contaste de la bisabuela Isabel...
- ¿Qué soñaste, Cecília?
- Bueno, soñé que cabalgaba por un campo verde sin fin... Estaba persiguiendo a alguien. Cuando estaba cerca, me desperté...
- Ya veo... entonces Lena recordó la historia que le conté hace mucho tiempo...
- ¿Era verdad?
- ¿Qué era cierto, niña?
- La historia de la bisabuela Isabel...
- Claro que es verdad, niña... Isabel estaba un poco loca... un buen día ella y su amiga Graça decidieron salir al sertão para cazar a un prófugo de la justicia... en el camino se aliaron con otra loca... Rosa... se hicieron conocidas en su tiempo como las tres Marías.
- ¿Es serio eso?
- ¿No creen? Creo que en medio del desorden del sótano debe haber una foto de los tres...
- ¿Y cuál fue la historia de estas chicas?
- Pues se metieron en muchos líos… hasta les ayudaba su tatarabuelo cuando se metían en algún rollo… y había un diputado que siempre andaba con los tres…
- Nuestro...
- Sí, los tres estaban locos. Hubo un tiempo en que la mera mención de los nombres de los tres hacía desaparecer a los vagabundos de la región en la que se encontraban...
- ¿Quién sabía, eh?
- Mira, ni cuando se casó se asentó mucho tiempo. Después del segundo hijo, un día, el jefe de policía apareció en la puerta de su casa y la llamó para resolver un caso en el pueblo vecino... ella dejó a los niños con su marido y nunca más regresó a casa...
- ¿Grave?
- En serio... el marido nunca volvió a ver a su mujer. Escuché que ella, junto con sus socios, siempre estaba en alguna región para poner orden en la casa. Pero nunca más se volvieron a encontrar...
- ¿Y los niños?
- Fueron creados por una de las hermanas de Isabel. Nunca conocieron a su madre. Un día, la familia se entera de que ella había muerto en una emboscada... estaba persiguiendo a un fugitivo... sus compañeros habían seguido otra pista.
- Y entonces...
- Bueno, el bandido había preparado una trampa para atrapar a uno de los tres del grupo... y su bisabuela terminó siendo abatida. Incluso resistió el asedio durante algún tiempo, pero cuando llegó la ayuda, ya era demasiado tarde para ella. Los dos miembros restantes del grupo lograron acabar con la pandilla, pero...
- Muy triste...
- Hija, los que viven en medio de la violencia acaban muriendo por esta violencia...
- Pobres hijos suyos, ¿eh?
- Como te dije, nunca conocieron a su madre... para ellos, su madre era Carmen, la hermana menor de Isabel... al final, Carmen se juntó con el esposo de su hermana y estuvieron juntos hasta que murieron.
Era casi medianoche cuando por fin llegó la grúa para ayudar al porro de Ricardo... ya había dormido bien. El mecánico comprobó el estado del coche y llegó a la conclusión de que era mejor remolcarlo hasta el garaje. Y se fueron. Cuando finalmente cerraron su expediente, el reloj marcaba la una y cuarto de la mañana. Tendría poco más de cuatro horas para descansar hasta el próximo turno. Pero eso no sería un problema, él estaba acostumbrado a este tipo de cosas... después de todo, había estado en el área por mucho tiempo... en cualquier caso, había una cosa que lo estaba molestando... ...había soñado con algo, pero no recordaba con qué... no era un sueño apacible... su sueño había sido inquieto... pero sabía que debía ser por los acentos de fibra de vidrio, duros como piedra...
Ricardo se fue a su casa, pero esa sensación de que algo andaba mal no lo dejaba... se sentía incómodo. Y por primera vez en mucho tiempo, sintió que necesitaba hablar con alguien... pero no habría nadie en su casa para escuchar... y esa fue la primera vez que sintió el peso de la soledad... .
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