Sísifo...
Sísifo...
Hoy les voy a hablar de la profesión más antigua del mundo… es aquella de la que todos, sin excepción, dependemos… pero a la que pocas veces le damos el valor que se merece… eso es, por supuesto , hasta el momento en que, al menos montamos el carruaje, tenemos que empezar a ejercitarlo. Sí, queridos, solo apreciamos el valor que merece el paraguas cuando el agua comienza a caer sobre nuestra cara...
Sé que el comienzo de mi crónica fue un poco dudoso... porque cuando hablas de la "profesión más antigua del mundo", automáticamente se lleva a la gente al lado de la malicia, pensando en otra cosa... y, de hecho , mientras que todos los servicios son honorables... incluso este, con el que la gente tiende a asociarse... bueno, no importa... tiene su valor social. Pero eso no es de lo que estoy hablando. Hoy quiero hablar... y honrar... de las amas de casa. Sí, esas abnegadas mujeres que siempre son las primeras en despertarse y las últimas en acostarse y descansar, cuando el manto de la noche cubre todo el firmamento...
¿Alguna vez te has parado a pensar un poco en lo infravalorada que está esta profesión? Cuando una mujer va a llenar un formulario de registro en cualquier lugar, y no tiene cargo en ninguna empresa, cuando se le pregunta sobre su profesión, invariablemente dice "yo no trabajo".... Dios mío en el cielo... ¿qué ¿Quieres decir que no hay trabajo, criatura? ¿El desayuno, caliente y sabroso en la mesa, para que el esposo y los niños lo disfrutaran antes de partir a sus citas, se hizo solo? ¿La ropa, limpia y con mal olor, pasó por el armario, se lavó y se planchó sola?
Por supuesto, la respuesta a estas y otras preguntas es "no"... estas tareas solo las hizo porque esa persona que no hace nada en todo el día se arremangó y se puso a trabajar... eso nadie se da cuenta, hasta que el día que dejas de hacer...
No importa la hora a la que su marido tenga que salir al trabajo... ella siempre está dispuesta a preparar todo para que salga impecable de la casa... cuando los niños se levantan, su café... normalmente leche... ya está listo, y enseguida los cambia para que vayan al colegio bien alineados... a veces los lleva ella misma, pero cuando no es así, está atenta a cuando pasa la furgoneta del colegio a recoger a sus hijos .. . y entonces empieza su prisa... limpiando la casa, lavando los platos, haciendo la colada, preparando la comida de la familia... a ver si falta algo en la despensa, si no, corre al supermercado más cercano a comprar lo que necesita... ir a la tienda de ropa a comprar una blusa para la menor, o ropa interior para la hija... correr al colmado a reponer el stock de frutas y verduras, indispensables para la alimentación de la familia... bueno, eso es lo básico de la vida cotidiana... pero, por supuesto, hay accidentes en el camino, y ella, preparada o no, tiene que manejarlo...
¿Quién está junto a tu cama cuando estás enfermo? ¿Quién viene a tomarte la temperatura cada minuto, te da medicamentos, se queda despierto toda la noche, cuidando de tu bienestar? Sí, es ella... y esa es solo una de las muchas situaciones a las que se enfrenta ella, el ama de casa, para asegurarse de que las suyas estén bien...
¿Y qué tiene que decir la familia sobre este abnegado, que está de guardia las veinticuatro horas del día, los siete días de la semana, las cuatro semanas del mes y los doce meses del año, sin derecho a vacaciones ni sueldo? Simplemente que no hace nada... que tiene una vida tranquila, que no tiene que preocuparse por nada, porque se queda en casa todo el día y no tiene nada que hacer durante el día, además de mirar televisión, o computadora... y la pobre no suele tener tiempo ni para sentarse durante el día, para descansar un poco de las penurias de la vida. Y mira, te hablo de una ama de casa afortunada, que no tiene problemas de conflictos en su hogar... porque, en esa situación, la pobre sufrirá un Infierno en la vida...
Cuando termina el día y está segura de que, por fin, el viaje del día ha terminado, se va a descansar a su cama... pero ya preocupada por las tareas del día siguiente, para que todo salga bien, para que nada se desvíe. ... y, como Sísifo, ya está preparada para su interminable viaje...
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